Vuelve el brujo contratado por los
nazis. No ha muerto. Es un tipo, literalmente, duro de matar. No en vano se nos desvela que es el mismísimo
Rasputín. Hellboy y sus colegas se dividen en 3 grupos para tratar de localizar
y neutralizar a un vampiro poderosísimo. Las tramas de Rasputín y el vampiro se
enredan. Nazis resucitados, homúnculo sin mente, esqueleto parlante. Hécate
desnuda con su cabello de serpientes. La acción se multiplica. Mike Mignola exhibe su talento y pone
los vellos del lector mirón de punta. Tinta negra por todas partes. Personajes
esculpidos en la propia página. Primerísimos planos en viñetas pequeñas. Composiciones
de geometría de Fin de Siècle. Parece
un cómic dibujado por el antepasado simbolista y parisino de Jack Kirby. El epílogo con Rasputín
lamentándose de su mala suerte junto a la bruja rusa Baba Yaga es emocionante.
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