Arcos: The Name of the Game (#1-2) y Cherry (#3-6). Fuerte, hooliganesco,
comprometido. Gamberro, incorrecto, satírico. Garth Ennis torpedea el concepto
superheroico con una idea que vale un millón de dólares: 1) los superheroes
trabajan para una empresa privada, la Vought-American; 2) el gobierno quiere
controlar a los superhéroes de Vought-American de alguna manera. Los
superhéroes son celebrities y
se comportan como celebrities. Follan,
violan, matan. Rompen cosas. La CIA cuenta con los servicios de Butcher, un
justiciero inglés sin escrúpulos. Butcher se folla a la jefa de la CIA, Susan
Rayner, y cuenta con 3 colegas en su team
justiciero: Mother’s Milk (un negraco
hipercool), Frenchman (un psicópata gabacho) y Female (una asiática asesina). El protagonista es
Hughie, un joven escocés traumatizado por la muerte de su novia (aplastada, “sin
querer”, por el superhéroe A-Train). Butcher recluta a Hughie para la causa.
Los Seven son una especie de Liga Americana de la Justicia, con Homelander de
Superman y (per)versiones viciosas de Wonder Woman, Aquaman, Detective
Marciano, etc… Una nueva integrante se une al grupo: Starlight, rubita y
católica. Su primer día de trabajo consiste en mamarles la polla a los 3 machos
alfa de los Seven. Los Teenage Kix son un grupo juvenil de superhéroes
inspirado por Teen Titans y similares. Montan orgías con putas. Una
droga llamada componente V es la responsable del desarrollo de superpoderes (y
sus efectos secundarios). Estos primeros números fueron publicados por el sello
WildStorm de DC. La serie fue cancelada por hardcore.
Ennis y el arrollador dibujante Darick
Robertson tuvieron que buscarse otra editorial, Dynamite, para
seguir con el tema. El año pasado, Amazon estrenó la versión televisiva del
cómic. Excelente, por cierto.
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