Le
sienta mal a esta serie haber vuelto a la Tierra. No es lo mismo una cárcel
colosal generada psicopáticamente en un remoto confín del universo por un
degenerado torturador extraterrestre que, en fin, Brooklyn. Rayo Negro y la
niña alienígena me aburren con sus ñoñerías. Perdidísimo el guionista, Saladin Ahmed. Infrautilizado el
ilustrador, Christian Ward.
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