Apabullante concepto. Desarrollado con
entusiasta y meticulosa precipitación. Con ganas de épater le lecteur de tebeos superheróicos del siglo XXI. Marvel
entrega las llaves del reino mutante a Jonathan
Hickman y Jonathan Hickman se sorprende a sí mismo. El Profesor X se ha
puesto peligroso. Ha decidido independizarse de la raza humana. Independizarse
él y, de paso, independizar al resto de mutantes del planeta Tierra. Con el
apoyo de Magneto, Emma Frost, Cíclope, Jean Grey y compañía, se monta un
paraíso a medida: la isla Krakoa. Un lugar sentiente. A cambio de legitimidad
como nación soberana, el Profesor X ofrece remedios para enfermedades:
medicinas, fármacos, drogas. Resulta fascinante el planteamiento político,
ético, moral, social, económico, medioambiental, diplomático. Hickman prologa
el lanzamiento de todas las futuras cabeceras mutantes con 2 miniseries en
paralelo. 12 entregas semanales. 6 de House
of X y 6 de Powers of X. Propone
un diseño grafico unitario, muy Hickman, con símbolos geométricos, pictogramas,
fuentes de letra concretas, marcas de impresión visibles. Cada cómic incluye
páginas de texto, informativas, enciclopédicas. Negro sobre blanco. La acción
salta hacia delante y hacia atrás en el tiempo. Coexisten varias líneas
narrativas, varias líneas espaciotemporales, varias posibilidades argumentales.
En House of X, descubrimos que Moira
MacTaggert, la científica escocesa que estudió (y salió) con el Profesor X, es
una mutante. Hickman le inventa un superpoder asombroso: cada vez que muere, se
reencarna de nuevo en su propio cuerpo; vuelve a nacer, sin perder su memoria.
Es decir, revive su vida consciente de estar haciéndolo, tomando decisiones
para cambiar el futuro. Ella ha vivido distintas revoluciones mutantes: al lado
del Profesor X, de Magneto, sola. Ha sido asesinada, ha muerto a causa de una
enfermedad. Ha sido una científica paradigmática, una terrorista, una traidora.
Los episodios #2 y #5 son, ya, historia del cómic superheróico. Hickman nos
cuenta la(s) vida(s) de Moira, con infografías y cronologías incluidas. No he
leído nada mejor en años. El dibujo de Pepe
Larraz es dramático, preciso, moderno, revigorizante. Prodigioso color de Marte Gracia.
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