La pedantería se transforma en
sensiblería para listillos. Miracle y Barda han tenido un niño. Se turnan para
cuidarlo. Mientras uno pelea en la guerra contra Darkseid, allá en la dimensión
del Cuarto Mundo, el otro se queda en casa, lidiando con pañales e insomnios. Tom King prefiere enseñarnos la cara
doméstica del asunto. Cada cómic supone un nuevo experimento narrativo y
gráfico (Mitch Gerads va de Bill Sienkiewicz tranquilo). Tanta
exhibición de talento, cansa. Pero me he leído los 12 números del tirón. ¿He
disfrutado o no?
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