12/3/20

Animal Man #1-13 (1988-1989)


Debut de Grant Morrison en la Primera División. Personaje retro rediseñado con toques costumbristas en un entorno metanarrativo en perpetua mutación. El primer arco, del #1 al #4, sirve para presentar al protagonista, casado y con hijos pequeños, ansioso por volver a enfundarse las mallas superheróicas después de un periodo de inactividad (se ha ganado la vida doblando escenas de acción en Hollywood). B’Wana Beast, un supertipo blanco procedente de la jungla africana, trata de rescatar a su novia simia, secuestrada por un laboratorio de experimentación vírica. Animal Man se hace animalista y vegetariano. El #5 se titula The Coyote Gospel y es una idadeolla típica de Morrison, con el Coyote de los cartoons del Correcaminos de la Warner enredado en una historia de realidades ficticias y rupturas de la cuarta pared. En el #7 aparecen extraterrestres de la raza de Hawkman visitando la Tierra con intenciones artísticas (el suyo es un arte de vanguardia apocalíptico, por así decirlo). En el #8, Animal Man conoce a un viejo villano trasnochado que le cuenta su triste desventura antes de suicidarse. En el #9, el Mirror Master, un villano con acento escocés, sale y entra de los espejos para darle una zurra por encargo a Animal Man. En el #10, visita la serie el Detective Marciano. En los números #11 y #12, 2 extraterrestres recrean la historia del origen de Animal Man y tratan de resetear la realidad ficticia del propio tebeo (un personaje desaparece perdiendo colores, tintas, lápices y líneas abocetadas). En el #13, B’Wana Beast encuentra sucesor en un chavalín de raza negra. Morrison tira la piedra y esconde la mano. Tiene ideas brillantes y no las desarrolla. Improvisa. No remata. Acumula. Se hace el interesante. Divierte, eso sí. Inspira, también. Excita al lector, sí y no, depende del día. El dibujo de Chaz Truog es tan horroroso que no sé cómo describirlo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario