Por un lado, está el Arca de Noé. Un
encargo de Dios. Y luego, tenemos el Arca de Shrae. Un encargo de Satanás. El
Arca del brujo Shrae, un hombre casado y con hijos, va repleta de monstruos:
vampiros, dragones, mantícoras, lamias… No resulta nada fácil controlar a
semejante tripulación. Los conflictos estallan por todas partes. De vez en
cuando, es necesario sacrificar a algún humano. Los ángeles de Dios se
equivocan de Arca y las palomas de la Paz son aseteadas con flechas lanzadas
por gente cornuda desde no se sabe muy bien dónde. Criaturas abisales atacan
desde el fondo del mar. Los chupasangre tratan de amotinarse. En el #12, el Arca de Shrae llega, por fin, a una isla.
En la isla hay demonios. Los demonios atacan y matan a muchos monstruos y
muchos humanos. ¿Por qué? ¿Quiénes son estos demonios? La hija de Shrae promete
fidelidad a las Fuerzas del Mal y se los carga.
Ahora, a esperar la llegada del Arca de Noé. ¿Con qué fin? Cullen Bunn exprime su jugosa premisa con mano izquierda y afilado
tenebrismo. Juan Doe dibuja como un
ilustrador de libros infantiles perdido en la zona más negra (o roja) de su
subconsciente.



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