En cuanto tienen ocasión, los personajes
de Garth Ennis nos cuentan su vida. Y
es fantástico que lo hagan. Aquí, el Castigador le sigue la pista a un capo ruso
al que le está haciendo la vida imposible un killer sin escrúpulos. El mafioso cree que el killer es el Castigador, pero, en realidad, es un exmilitar encabronado,
ruso como él, que busca venganza. Lo que nos cuenta el exsoldado pone el vello
de punta. Tampoco resulta nada aburrido lo que confiesa la espectacular novia
del megadelincuente. Jacen Burrows
ilustra las palabras de ambos (y del guionista) con pelos y señales.
Estupendísima serie.



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