Max Bemis es el guionista de esta serie inspirada por un videojuego
Atari. Ahora que he leído Foolkiller y
el nuevo Moon Knight, entiendo que me
gustase su trabajo. Tiene gracia. En el #3, sigue el monólogo sarcástico del
último hombre vivo (y gay) sobre la
Tierra. Flashbacks familiares
combinados con escenas de acción. Arañas gigantes, explosiones y ciempiés
colosal volador. El dibujo de Eoin
Marron es indie y es mainstream al mismo tiempo. Más cerca de
Carlos Giménez que de Mike Mignola. El #4 es el episodio más
loco de todos: el protagonista, drogado hasta las trancas, imagina su vida
convertido en el hijo ciempiés del Centípedo invasor de la Tierra. Acaba
luchando en una arena repleta de extraterrestres. Su fin en la vida es
entretener a los jugadores. Él es tan monstruo como el bicharraco en este juego sin sentido. El #5 y último es de traca. El prota se mete dentro del
bicho y lo hace estallar. Introspección delirante.
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