27/2/20

Preacher #1-4 (1995)


El #1 es perfecto. Parece un piloto televisivo de los buenos. La acción va de adelante a atrás, de atrás a adelante, comentando la jugada, punteando la acción, descubriendo parte del pastel, ocultando lo demás, sugiriendo desarrollos dramáticos, sorprendiendo con cambios de localización, de género, rompiendo los límites de la percepción y del humor cafre. Mucha palabrería, la mía, para tratar de explicar por qué Preacher funciona conmigo. El caso es que hay un curita chuleta de un pueblucho de Texas que es poseido por un ente celestial, hijo o hija de ángel y demonia, llamado Genesis.  En el camino del cura guaperas, que se llama Jesse Custer, se cruzan su exnovia peligrosa, Tulip, y un vampiro de origen irlandés, Cassidy. Trío Calaveras genuino, de los de meterse en líos que acaban de la peor manera. Un sheriff rocoso, que tiene un hijo adolescente que se pegó un tiro en el jeto emulando a Kurt Cobain, se empeña en atrapar a Custer. Un pistolero infernal, The Saint of Killers, siembra el camino de cadáveres de policía. Al parecer, Dios ha colgado los hábitos. Abandonó el Cielo y se instaló en la Tierra. Está en paradero desconocido. Un cómic gore, blasfemo, rabiosamente escrito por el irreductible parlanchín Garth Ennis. Dibujo de Steve Dillon, inspirado en Moebius (o, más bien, en Gir y su Blueberry). Portadas hiperrealistas y groseras de Glenn Fabry.




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