Un
aventurero destruyemitos baja al
fondo del mar para comprobar que la Atlántida no existe. Tensión en el
submarino. La tripulación cree en la existencia de un ser monstruoso que mata a
los que se acercan demasiado. Peter
Milligan construye un relato de terror claustrofóbico y eficaz, inspirado,
sin decirlo, en el relato El templo,
de H.P. Lovecraft. La amenaza apenas
interviene en la acción de forma directa. Se vislumbra su silueta, sus manos.
¡Uno de sus pies alados! En el último capítulo, posa de cuerpo entero y enseña
los dientes puntiagudos. ¡Es Namor! El dibujo realista y pictórico de Esad Ribic enfría la vista y da miedito.

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