Los
dioses existen. Existen y velan por la salud creativa de Rick Remender (guión) y Sean
Murphy (dibujo). ¡Qué segunda entrega! Tokyo
Ghost es una fábula futurista contra la alienación tecnológica; una
historia de amor incondicional; una aventura en busca del Paraíso. Tiene garra,
fuerza, mala baba, visión, carga de profundidad. Utiliza metáforas de primer
grado, como las que usaban los autores de las bandes dessinées que marcaron mi infancia y mi preadolescencia.
Jodidamente es-pec-ta-cu-lar. En el
#3, entramos en la zona zen. Descubrimiento de un Paraíso oriental alejado de
la realidad alienante. Desconexión. Desintoxicación. Remender en plena posesión
de su verborrea humanista con tropezones malhablados. Murphy
derrochando talento paisajista y agudeza visual. En el #4, Murphy se marca una
secuencia de acción gore en paraje
natural paradisíaco que deja al lector-mirón sin aliento. Remender se las apaña
para seguir contando historias del pasado de cada personaje sin dejar de tensar
la cuerda del argumento. Ambos se lucen. Otra vez.
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