La
serie fundacional de Grant Morrison
comienza contándonos las peripecias de un huérfano de Liverpool vagabundeando
por Londres en compañía de un iluminado que le abre y le cierra puertas al Otro
Lado. Verborrea mística y postureo hooligan. Derivas postpunkalípticas sin
pulir. Fogonazos de puro genio. Al final, el chico es reclutado por los
Invisibles. El dibujo de Steve Yeowell
es tan básico, tan del montón, que acaba gustando.
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